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Ibi: naturaleza, tradición y creatividad en la montaña alicantina
La localidad de Ibi, conocido como el pueblo del juguete, es uno de los destinos más singulares del interior de Alicante. Rodeado de montañas y naturaleza, combina su herencia industrial con una oferta turística ideal para familias, senderistas y amantes de las fiestas populares.
Cuna del juguete en España
La historia moderna de Ibi está estrechamente ligada a la fabricación de juguetes. Aquí nació una de las industrias más importantes del país en este sector.
Hoy, el Museo Valenciano del Juguete permite revivir esa época dorada. En él podrás ver juguetes antiguos, conocer técnicas de fabricación y disfrutar de una visita ideal para pequeños y mayores.
Centro urbano con encanto
Pasear por las calles de Ibi es descubrir un pueblo lleno de vida y detalles. Su casco histórico conserva la arquitectura tradicional, con plazas abiertas y fachadas de piedra y color.
Entre sus puntos más interesantes está la Iglesia de la Transfiguración del Señor, situada en el centro. También destacan la Plaza de la Palla, corazón social del pueblo, y diferentes esculturas dedicadas al mundo del juguete repartidas por la localidad.
Espacios naturales para desconectar
El entorno de Ibi es perfecto para el turismo activo. Se encuentra en pleno Parque Natural de la Font Roja, un lugar ideal para el senderismo, el ciclismo y las excursiones en familia.
Además, desde el municipio se puede acceder fácilmente a parajes como la Carrasca de la Font Roja, el Barranc dels Molins o la Teixereta, espacios donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor.

Gastronomía local: de la montaña a la mesa
La cocina de Ibi refleja su entorno: productos de temporada, recetas caseras y sabor auténtico. Entre sus platos más típicos están el gazpacho manchego, las pelotas de navidad y los arroces al horno.
No faltan tampoco los dulces artesanos. Las pastas de almendra, los mantecados o los turrones caseros son ideales para llevarse un recuerdo gastronómico del pueblo.
Fiestas con personalidad propia
Uno de los elementos que más definen a Ibi es su calendario festivo. Las Fiestas de Moros y Cristianos, celebradas en septiembre, llenan sus calles de música, desfiles y pólvora.
Sin embargo, la más original es sin duda la Festa dels Enfarinats, el 28 de diciembre. Ese día, el pueblo se convierte en escenario de una batalla simbólica con harina, huevos y petardos. Una tradición única que sorprende a todo el que la vive por primera vez.
Ibi es mucho más que un pueblo de interior. Es un lugar con alma, historia y naturaleza. Ideal para una escapada diferente, donde cada rincón cuenta algo y cada visita deja huella.