Sagunto: un viaje en el tiempo

Pocas poblaciones como Sagunto vienen a resumir el devenir de la historia en estas tierras y en pocos lugares se han conservado las huellas y se ponen a disposición de los visitantes conocer los restos de las distintas civilizaciones que dominaron esa tierra. Relacionamos algunos hitos de la historia saguntina que nos van a llevar desde acontecimientos fundamentales para la historia hasta actividades económicas punteras.

  • El sitio de Sagunto ¿Quién sabe? Igual los famosos elefantes que el cartaginés Aníbal se llevó a Italia atravesando los Alpes estuvieron antes en Sagunto, donde los historiadores consideran que se inició la II Guerra Púnica. Aníbal planteó un cerco a Sagunto, en aquel momento una colonia romana, con la finalidad de saquear riquezas y medios que le permitieran que el grueso de su ejército viajara hacia el norte. Los romanos, inicialmente, no ayudaron a la ciudad, que decidió resistir hasta el final, pero unos años más tarde la recuperaron definitivamente. Esto da fe de la importancia que los romanos le daban a su colonia. Hoy en día hay importantísimos restos de la época, empezando por el Teatro Romano, parte del foro y los restos de templos y viviendas, sin olvidar el antiguo puerto.
  • El paso de los musulmanes también se deja notar en el trazado urbano y en la estructura defensiva en la que se incluye el foro romano, en lo más alto de la población: el castillo de Sagunto, aunque como enclave fortificado las pruebas arqueológicas demuestran que ya fue utilizado por los iberos.
  • Los hebreos tuvieron en Sagunto una de las juderías más importantes de este territorio, ya que los judíos no podían residir en Valencia. Son pocos los vestigios materiales que se conservan, pero muy valiosos. Incluso se sabe dónde estuvieron su sinagoga y su cementerio.
  • Lógicamente, la presencia cristiana, con sus palacios e iglesias, son una constante en el Sagunto actual, que ha sabido conservar los elementos más importantes del patrimonio histórico artístico de estos últimos siglos, desde que Jaime I de Aragón conquistó la población.
  • Mención aparte merece el patrimonio industrial. El Puerto de Sagunto es un claro ejemplo de ciudad-factoría, unido a los Altos Hornos y a las empresas propietarias. Así, debido a la vinculación con Euskadi, es posible encontrar viviendas y arquitecturas de clara influencia vasca. También se pueden visitar los antiguos almacenes, convertidos en espacios museísticos, y hasta un alto horno. La pasada actividad industrial deja su huella también en plena naturaleza, donde la antigua línea de ferrocarril que servía para comunicar Sagunto con la cuenca minera de Ojos Negros es hoy una vía verde, de las más extensas de España.

La historia, por tanto, es uno de los atractivos de Sagunto, pero no hemos de perder de vista el presente, que nos ofrece una ciudad laboriosa y activa, dotada de todos los servicios que el visitante pueda necesitar, así como de una línea de costa ciertamente notable con cuidadas y extensas playas.