XÁTIVA

Cuando la economía se hace tradición

Xátiva, cuando la economía se hace tradición

Corría el año 1250 cuando el rey Jaume I decidió otorgar a Xàtiva el privilegio de celebrar Feria, lo que le confirmaba como el más importante centro comercial y la ciudad más influyente de los territorios aledaños.

Tener una Feria en aquellas épocas iba mucho más allá de realizar una actividad tradicional. Tenía un verdadero impacto económico en la ciudad y en sus gentes. Transcurridos los años y, quizá, cambiado el significado del evento, Xàtiva conserva su Feria. La Fira de XàtivaFira d’Agost se desarrolla entre el 15 y el 20 de agosto y supone una cita imprescindible para los vecinos de la ciudad, para los habitantes de la comarca y para los visitantes, dado el amplio programa de actos que se desarrolla cada año.

La presencia de ganado, motivo por el que comenzó a celebrarse la Fira, ha pasado a segundo plano, aunque los animales conservan su cuota de protagonismo. Sirva como ejemplo el renombrado concurso de tiro y arrastre que desde los años 70 del pasado siglo, hace 50 años, se incorporó al programa de actividades de la Fira. Se trata de un deporte autóctono valenciano, que consiste en la carrera de un caballo cargado con un carro lleno de sacos de arena. Esta práctica nos recuerda los tiempos en los que los animales de tiro eran fundamentales para la vida agraria.

Otro elemento autóctono, el canto de les albaes, enriquece el arranque y la clausura de la Feria. Así, el día 15 por la noche, los cantores se apartan del bullicio y se dan cita en la plaza de San Pedro y calles adyacentes, donde se desarrolla un insólito torneo de canto improvisado, en el que los cantantes hacen gala de dosis ilimitadas de ingenio. La experiencia se repite en la noche del día 20.

Desde 1951 y de forma ininterrumpida, el 15 de agosto se disputa el Trofeo de Velocidad Fira de Xàtiva, prueba que es la más antigua del calendario del motociclismo nacional y una de las pocas citas que se disputan en circuito urbano. Aficionados de todas las latitudes de España se confluyen en Xàtiva para disfrutar de la competición…Y de la Feria.

La música y el teatro forman parte también de las actividades de la Fira de Xàtiva. Música y obras de todas las tendencias, destinadas a gustos tan diversos como variados son los espectadores que asisten a los espectáculos.

Y la Alameda de Xàtiva… Este es el escenario principal de la Fira, donde se concentra el bullicio y el tradicional mercado medieval que recuerda la vertiente comercial y ganadera con la que nació la Feria, como ya se ha dicho, en 1250. Es costumbre bien arraigada desplazarse a Xàtiva y “feriarse” un buen garrote. Hoy aún se encuentran en abundancia, así como otros objetos de madera, de barro, abanicos, utensilios de ferretería y comestibles silvestres. Es un regalo para los sentidos observar el puesto de los higos chumbos frescos.

Xátiva, cuando la economía se hace tradición. La Fira de Xàtiva nació como un mercado desarrollado alrededor de una actividad concreta: la compra venta de ganado

En cualquier caso, los productos artesanales se cuentan entre los más apreciados por los miles de visitantes que se acercan hasta el recinto de la Alameda para disfrutar de estas jornadas. Las sombras del espacio donde se celebra la feria y la abundante oferta de productos refrescantes hacen que el calor no sea un obstáculo insalvable para disfrutar de la Fira.

Pero la Feria no es el único evento que llama la atención de cuantos se desarrollan en Xàtiva a lo largo de todo el año. En el mes de noviembre tiene lugar el Concurso Popular de Arroz al Horno (Arròs al Forn) en el que cualquier puede participar. Esta es una iniciativa de la Asociación de Empresarios de Xàtiva y la Costera (Adexa)

El lugar de celebración es la Alameda de Xàtiva y, como queda dicho, la participación queda abierta a todo el que crea que cocina “el mejor arroz al horno de mundo” como, de modo retador, anuncian los promotores.

Los participantes disfrutan de una jornada protagonizada por la gastronomía popular y, por tanto, por la fiesta. Actuaciones musicales y actividades de animación acompañan a cocineros y comensales. Un jurado de expertos es el encargado de dilucidar cuál es la mejor receta de este arroz.

Para Adexa la riqueza gastronómica debe ser considerada como un elemento fundamental en la promoción, conocimiento y valorización del sector agrario y agroalimentario.

Para que la fiesta sea completa, los participantes deben adquirir unos tiques que les darán derecho a una mesa para diez comensales y, además, a una picadita y a la bebida para comer el plato que cada mesa ha cocinado. Si este ambiente culinario se adereza con música y alegría, los atractivos de la jornada se multiplican

En este año se celebrará la sexta edición de este concurso que, a pesar de su trayectoria corta en el tiempo, ha alcanzado una repercusión muy notable, tanto entre los cocineros como entre los ciudadanos de Xàtiva. Y es que el Arròs al Forn es un tesoro gastronómico que bien vale la pena promocionar y disfrutar.

El Concurso popular de Arròs al Forn suscita el interés tanto de los cocineros como de los amantes de este tesoro culinario